El recorrido de Los Valles transita por una de las zonas menos arboladas del municipio medinés: apenas algunos olmos que luchan por sobrevivir a la grafiosis en el ribazo. Aunque el terreno es áspero y yermo, el itinerario resulta atractivo. Desde la iglesia románica de Miñón, el camino cruza tierras de labranza y pequeñas lomas arcillosas que han sido recientemente repobladas.
Durante la primavera, con los campos de cultivo en todo su esplendor, las praderas se cubren de un manto de flores y las abubillas muestran sus penachos cerca del viejo camino de la Venta de Ontañón. Las vistas de Medina de Pomar desde algunos puntos y la sensación de lejanía a pesar de la proximidad no os dejarán indiferentes.